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Energía solar fotovoltaica VS Energía solar térmica

Otra de las reflexiones recurrentes en el sector tiene que ver con las bondades y desventajas de cada una de estas tecnologías, la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica. Y es que si bien ambas pueden emplearse de forma complementaria, el descenso en el coste de la fotovoltaica (anomalías motivadas por la pandemia al margen) nos lleva a preguntarnos si sigue teniendo sentido optar por las dos opciones, o instalar más placas solares para alimentar también los consumos de Agua Caliente Sanitaria mediante, por ejemplo, un termo eléctrico.

Índice del artículo

Fotovoltaica y térmica, dos tecnologías totalmente distintas

Aunque estas dos tecnologías tienen un elemento común, que es aprovechar los rayos del sol que entran en nuestra atmósfera, su funcionamiento y el objetivo de ambas es bien distinto. Algo que sigue generando cierta confusión entre los consumidores.

De forma rápida y sencilla, la energía solar térmica aprovecha esa luz solar para convertirla en calor de cara a generar Agua Caliente Sanitaria (ACS) en tu vivienda. La energía solar fotovoltaica, por su parte, convierte esa energía en electricidad. Una diferencia muy importante… Ahora bien, ¿Cómo lo hacen?

Energía solar térmica en profundidad

Existen distintos sistemas de generación térmica en el merado, generalmente clasificados en activos o pasivos. Los sistemas pasivos o por termosifón son muy sencillos de diferenciar a simple vista, ya que sobre los paneles solares térmicos puedes apreciar un depósito. Los sistemas activos o de circulación forzada, en cambio, se destinan a necesidades de ACS de mayor volumen y requieren de bombas eléctricas para hacer funcionar el circuito.

Mientras que los primeros son comunes en el sector residencial, los segundos son frecuentes en hoteles, edificios públicos, industria, etc.

Dejando a un lado estas diferencias, su principio de funcionamiento es el mismo. Los dispositivos de energía solar térmica captan la radiación del sol, gracias a la cual calientan un líquido en su circuito primario. Posteriormente este calor se trasfiere en un intercambiador de calor al circuito secundario, donde se encuentra el agua lista para ser empleada.

Los captadores de energía solar térmica pueden ser planos o, en aras de conseguir una mayor eficiencia, adoptar la forma de tubos de vacío.

En definitiva, un sistema de energía solar térmica capta la energía del sol para aprovechar su calor y generar principalmente Agua Caliente Sanitaria (ACS). Aunque puede emplearse para algunos usos adicionales, como al calefacción a través de suelos radiantes.

Energía solar térmica, ventajas y desventajas

Llegados a este punto, ¿cuáles son las ventajas y desventajas que podría aportarte un sistema de energía solar térmico en tu hogar?

Ventajas:

  • Se trata de sistemas muy eficientes, más que los equipos fotovoltaicos, ya que arrojan coeficientes de eficiencia de entre el 80-90% (los paneles solares rondan el 20%).
  • El almacenamiento en esta tecnología es realmente sencillo, se reduce a un depósito de agua.
  • El precio de los sistemas de energía solar térmica también suele ser más contenido. Un equipo térmico ronda los 2.000-4.000 euros, mientras que la última cifra correspondería más o menos con un kit fotovoltaico básico para una vivienda.

Desventajas:

  • La principal desventaja de la energía solar térmica es su mantenimiento. Y es que aunque podrías esperar que la fotovoltaica, al ser equipos más novedosos y complejos tuviesen un mantenimiento mayor… no es así. Los líquidos, que además llevan a cabo procesos de expansión y contracción al cambiar de temperatura, requieren de un tratamiento más complejo. Se pueden dar casos de corrosión, de fallos en las juntas, problemas de cal… o incluso, si no se repone el anticongelante, problemas derivados de las bajas temperaturas. Si además se trata de un equipo forzado, las propias electrobombas requieren de un mantenimiento periódico.
  • La energía solar térmica tiene, prácticamente, un único propósito. Por supuesto es muy eficiente en ese objetivo, el de generar Agua Caliente Sanitaria, pero el ahorro que te proporcione también puede ser sustancialmente menor.

Energía solar fotovoltaica en profundidad

Quizá a estas alturas y dada la naturaleza de nuestra actividad y de esta página, no sea muy necesario hablar de cómo funciona o en qué consiste la fotovoltaica, pero vamos a dar igualmente unas pinceladas para sacar a relucir las mentadas diferencias entre ambos sistemas.

Como adelantábamos, la energía solar fotovoltaica emplea paneles solares fotovoltaicos para absorber la energía solar y transformarla en electricidad, un proceso más avanzado que el de la energía solar térmica y que, todo sea dicho, también tiene todavía un mayor margen de mejora en términos de potencia, rendimiento, etc.

Los captadores en fotovoltaica que se emplean actualmente de forma mayoritaria están compuestos por cristales de silicio, los semiconductores de este material absorben los fotones de la luz para emitir electrones, lo que nos ayuda a generar electricidad. Eso sí, como los paneles solares producen electricidad continua, se requiere de un equipo denominado «inversor» para transformarla en electricidad alterna, la que consumen los equipos presentes en tu hogar.

Obviamente, al facilitarte un suministro eléctrico, tienes la flexibilidad de emplearlo en cualquiera de tus consumos. Lo que incluye, si el sistema de generación de ACS es eléctrico, la generación de Agua Caliente Sanitaria.

Energía solar fotovoltaica, ventajas y desventajas

En cuanto a la energía solar fotovoltaica, vamos ahora a nombrar sus bondades y puntos flacos.

Ventajas:

  • La ventaja más obvia de los sistemas fotovoltaicos es su flexibilidad, te proporcionan un suministro eléctrico que tú puedes emplear en lo que quieras. Lo que te otorga además un mayor margen de ahorro.
  • Los sistemas fotovoltaicos tienen un mantenimiento bastante sencillo. Carecen de piezas móviles y, huelga decirlo, no emplean ningún líquido en su circuito que pueda dar lugar a fugas o corrosión. Incluso la monitorización es muy intuitiva, ya que la mayoría de fabricantes hoy en día te posibilitan conocer el funcionamiento de tu instalación solar fotovoltaica, de forma remota, con sólo emplear tu smartphone.
  • Los equipos fotovoltaicos también presentan, por lo general, una vida útil mayor. Para estimar la vida útil de un equipo puedes fijarte en las garantías de los fabricantes… componentes como los inversores o las baterías ofrecen, de base, garantías que rondan los 10-12 años. En las placas solares fotovoltaicas la garantía de rendimiento asciende a los 25 años. En térmica los equipos rara vez superan los 5-10 años de garantía.
  • Compensación de excedentes. No es un asunto baladí, acogiéndote a la compensación simplificada de excedentes podrás recibir mes a mes un descuento en la factura eléctrica.

Desventajas:

  • La fotovoltaica es más compleja de almacenar. Los excedentes eléctricos requieren de baterías, que son todavía equipos costosos. No obstante, este hecho queda paliado parcialmente por la compensación de excedentes citada anteriormente.
  • Implantación más costosa. Por lo general, una instalación fotovoltaica es más cara de implantar en tu cubierta que una instalación térmica. Algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que además de los paneles necesitas, como mínimo, un inversor solar.
  • Espacio de instalación. He aquí otro aspecto importante que no puede pasar desapercibido. Los equipos de energía solar térmica en el ámbito residencial presentan unos volúmenes mucho más contenidos que en fotovoltaica, que a menudo precisa cubrir casi al completo tu tejado para poder aprovecharlo al máximo.

Energía solar fotovoltaica VS energía solar térmica, conclusiones

En SOLARIX nos gusta resolver tus dudas y poner a tu disposición nuestro bagaje técnico. De antemano, queremos decir que ambas tecnologías pueden complementarse a la perfección y que todo suma a la hora de ahorrar en tu factura y de generar menos emisiones de CO2.

No obstante, en muchas ocasiones, por limitaciones de espacio y/o presupuesto, suele optarse por una de ellas… ¿Qué hacer en esta coyuntura?

Y aquí, siempre a nuestro juicio, gana de goleada la fotovoltaica. La razón más obvia es que, aumentando tu presupuesto (y siempre que cuentes con espacio en tu cubierta), la versatilidad que te aporta una instalación solar fotovoltaica no tiene parangón. Puedes emplear un termo eléctrico, eficiente y programable, para generar ACS gracias a la energía fotovoltaica, a la vez que empleas la energía de tus placas para otros consumos. A la larga, como el ahorro será mayor, la inversión merece la pena.

Por otra parte, desentenderte de los molestos mantenimientos necesarios para mantener en buenas condiciones una instalación solar térmica, y contar con la elevada vida útil de los componentes fotovoltaicos, son aspectos que, en nuestra opinión, elevan a la fotovoltaica por encima de la térmica en esta comparativa. Al menos, en cuanto al sector residencial.

¿Cuándo puede ser sin duda alguna mucho más interesante la energía solar térmica que la fotovoltaica? Cuando la demanda de ACS del edificio, por su tipología de uso, revista una importancia mucho mayor. Por ejemplo en el caso de hoteles, pabellones con piscinas climatizadas, etc.

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