El precio de la luz sigue creciendo de forma inaudita y ayer, jueves 8 de septiembre, su coste medio diario en el mercado mayorista alcanzaba un nuevo récord de 141.7 €/MWh. Esta cifra multiplica por más de tres el coste de la electricidad en el mismo periodo del año pasado… ¿Qué está sucediendo? Pero sobre todo, ¿qué podemos hacer para mitigar esta situación?
Una tendencia que va para largo: el precio de la luz seguirá siendo elevado

Por desgracia, durante agosto y en plena ola de calor, en España hemos superado un récord tras otro en cuanto al precio de la electricidad, pero también en julio se batió el récord del precio más alto para ese periodo del año. Por lo tanto, no se trata de un fenómeno aislado.
Bien es cierto que en estas subidas del precio de la electricidad subyacen causas a gran escala y que afectan no sólo a España:
- La contracción económica durante la pandemia y la posterior recuperación con una mayor demanda en el sector de la energía.
- El propio aumento de la demanda de energía motivado por la estacionalidad (el calor y el empleo de aires acondicionados).
- El aumento notable de los precios del gas natural que, en un escenario de gran consumo, incrementa los precios del «pool» (lo explicaremos más adelante).
- Los costes de los derechos de emisión de CO2 también han subido notablemente.
Y la situación en cuanto a las subidas del precio de la luz no tiene visos de mejorar, por lo que sabemos en base a las cotizaciones de los mercados a futuros, estos precios podrían mantenerse hasta febrero o marzo del año que viene.
El «pool» eléctrico: aquí tiene su mortadela a precio de churrasco
Explicar cómo funciona el mercado mayorista de electricidad no resulta sencillo, pero vamos a intentarlo.
En esencia, se trata de un mercado que, diariamente, trata calcular y cubrir la demanda que va a precisar el país y con las distintas fuentes de generación disponibles: renovables, nuclear, hidroeléctrica, ciclo combinado de gas.. etc., Toda la energía que procede de este «mix energético» entra en la misma «piscina» o pool que nutre a la red eléctrica y, por ende, a nuestros consumos.
Como puedes imaginar, no todas las fuentes de generación tienen el mismo coste. Pero ojo, todas se remuneran al mismo precio. ¿Cómo es posible?
Cuando hay que cubrir una determinada demanda, entran primero en el «pool» las fuentes de generación más baratas y, después, de forma progresiva, las más caras. Si en un caso hipotético toda la energía que precisa el país en un día determinado se generase con fotovoltaica y eólica, la electricidad en ese jornada sería muy barata. Pero a medida que la demanda crece, se incrementa también la posibilidad de que entren en juego centrales más caras.
Y es que el precio de la electricidad diario en el mercado mayorista queda determinado por el precio de la última tecnología necesaria para cubrir la demanda.
Como ahora tenemos mucha demanda y necesitamos a las centrales de ciclo combinado de gas, y como además el precio tanto del gas como de las emisiones de CO2 ha aumentado considerablemente… el resultado es una factura por las nubes.
Los dichosos «Windfall profits» o «beneficios caídos del cielo»

La forma de determinar los precios que te hemos explicado anteriormente, en el mercado mayorista, supone para muchos un modelo injusto. A fin de cuentas, que la factura se encarezca porque una tecnología en cuestión esté al alza, cuando sólo participa en una pequeña parte de la generación energética que precisa el país, es cuanto menos complicado de entender.
Dicho de otro modo, si las nucleares o las hidroeléctricas tienen los mismos costes de producción que el año anterior o hace varios años, ¿por qué perciben una retribución más alta?
Obviamente, las eléctricas argumentan que ellos no se benefician de estas subidas… pero dichas centrales resultaban rentables y obtenían beneficios suculentos cuando el MWh rondaba los 40€, y últimamente sobrepasa los 100€. No hay que licenciado en matemáticas para entender que sus márgenes se han disparado con las recientes subidas del precio de la luz.
¿Qué podemos hacer, como país, frente a la subida del precio de la luz?
No es un asunto sencillo y hay muchos flecos a tener en cuenta, sin ir más lejos, en materia de derecho europeo.
Huelga decir que España poco o nada puede hacer en cuanto a cuestiones estructurales de ámbito global, como el precio del gas en el mercado internacional.
Con todo, en SOLARIX nos mojamos y opinamos que la solución pasa por cambiar el sistema de fijación de precios, que es el núcleo del problema a nuestro juicio. Sin embargo, para eso, se debe legislar y las cámaras deben aprobarlo, algo que no resulta tan sencillo.
Cuando en 2018 se comenzó a hablar de eliminar los «beneficios caídos del cielo», las acciones de Endesa cayeron un 9% en tres días, seguidas de Iberdrola y Naturgy que se desplomaron un 6%. Llegados a este punto, puedes entender que el lobby eléctrico va a poner palos en la rueda a toda reforma que derive en una contracción de sus ganancias, por mucho que redunde en beneficio del consumidor.
La solución para las grandes eléctricas pasa por meter mano a la fiscalidad, es decir, a la parte de impuestos de la factura. Algo que, recordemos, ya ha sucedido con la reciente reducción del IVA.
¿Y qué puedes hacer tú? la fotovoltaica es la solución

La subida de la luz es, y no se trata de una hipérbole, un verdadero drama.
Para las familias, supone asumir unos sobrecostes en un momento muy complicado. Pero para la mayoría de empresas no es más sencillo, ya que la pandemia de COVID, las restricciones pasadas y presentes, las reducciones de aforos, de afluencia de turistas… ya han dañado enormemente sus actividades.
Hay que matizar que los altos precios afectan a los consumidores que tienen contratado el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). Tarifa indexada al mercado mayorista, variable según los precios del mercado a cada hora y que poseen en España unos once millones de consumidores.
Para poder ahorrar en esta tesitura es esencial consumir en horas valle. Lo cual, huelga decirlo, no siempre es posible.
La otra opción, aplicable tengas la tarifa que tengas contratada… es optar por placas solares fotovoltaicas. Es decir, convertirte en autoconsumidor y generar en la propia cubierta de tu casa la mayor parte posible de la energía que consumes.
A día de hoy es asequible, sencillo de implantar y enormemente rentable. Como hemos explicado en otras ocasiones, de hecho, estamos ante el mejor momento para instalar placas solares en tu tejado.
La premisa es muy sencilla, si disminuyes el porcentaje de energía que necesitas demandar a la red, no sólo reducirás tu factura desde el primer día, sino que, además, te verás menos expuesto a las subidas de la luz en el medio y largo plazo.