Este es un asunto que genera algo de confusión entre los neófitos de la fotovoltaica. «Me han ofrecido un presupuesto con 3,5 kWp en paneles… ¡y un inversor de 3kW!». ¿Qué relación debe haber entre la potencia instalada en placas y la potencia del inversor? ¿Debes recurrir al «oversizing» e instalar más potencia en placas? ¿Por qué? En SOLARIX compartimos nuestro amplio bagaje en el sector para sacarte de dudas.
Ser o no ser, sobredimensionar… o no sobredimensionar

Vamos a desgranar qué implicaciones tiene sobredimensionar un campo fotovoltaico (oversizing). Es decir, instalar más potencia en paneles solares que en inversor. Cuándo puede ser interesante recurrir a esta práctica si es que lo es… o todo lo contrario.
Como anticipo, lo cierto es que se trata de algo muy común, ya que casi todos los campos fotovoltaicos se sobredimensionan del orden de un 10-30%, ¿pero por qué?
No parece muy intuitivo… ¿no deberían tus paneles y tu inversor, que va a gestionar la energía que producen, «cuadrar» en términos de potencia?
¿Qué es un inversor y cómo funciona?
Comencemos por lo básico. El inversor es el corazón de tu instalación. Un elemento central en el sistema que va a realizar el trabajo más importante de todos, ya que este equipo se encarga de transformar la electricidad continua (DC) que producen las placas solares fotovoltaicas, en alterna (AC), la que consumen todos los elementos presentes en tu hogar.
Dicho de otro modo, sin un inversor, por más paneles que instalases en tu cubierta no podrías aprovechar la energía que producen.
Por lo tanto y en teoría, tiene sentido si instalas un inversor de 3 kW, instalar 3 kWp también en paneles solares fotovoltaicos, ya que el inversor no va a ser capaz de gestionar más de esos 3 kW.
Eficiencia de los paneles fotovoltaicos

En la práctica, ningún sistema eléctrico aprovecha el 100% de la energía, ya que parte de la misma se disipa en forma de calor (efecto Joule). En el caso de los paneles solares fotovoltaicos, además, tienen que darse unas condiciones muy específicas para producir la energía con la que se clasifican.
Una placa fotovoltaica de 455 Wp sólo va a producir exactamente 455Wp en raras ocasiones.
Los 455Wp responden, de hecho, a una cifra plausible de alcanzar, pero bajo unas condiciones de prueba estandarizadas que maximizan su rendimiento y que, probablemente, nunca se den en un caso real. Normalmente hablamos de condiciones «STC» (Standar Test Condition*).
*STC o Standar Test Condition hace referencia a unas condiciones específicas bajo las cuales se ensayan los módulos fotovoltaicos para establecer sus parámetros básicos de funcionamiento. Algo básico para poder establecer comparativas entre los distintos modelos presentes en el mercado.
Estas condiciones fijan parámetros esenciales para el rendimiento de un panel solar. Como la irradiancia, la temperatura, etc.
Cualquier cambio en estos parámetros, una vez instalado el panel solar en una ubicación real, supone por lo general un descenso de su rendimiento.
Sin ir más lejos, cualquier aumento de temperatura por encima de los 25 º Celsius, implica que el panel fotovoltaico va a producir menos electricidad.
Tu inversor puede gestionar más energía que su potencia nominal

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, los fabricantes de inversores preparan sus equipos para gestionar un campo fotovoltaico mayor al que le correspondería por su potencia. Normalmente del orden de un 133% (aunque hay que consultar siempre la ficha técnica de cada producto en cuestión).
Por ejemplo, en la imagen anterior puedes comprobar cómo el modelo SUN2000-4KTL-L1 de Huawei, de 4kW de potencia, admite en realidad hasta 6 kWp (6.000Wp) en paneles fotovoltaicos.
Pero incluso teniendo en cuenta pérdidas, aunque el campo fotovoltaico produjese hipotéticamente exactamente la potencia máxima del inversor en un momento dado del día… no estaríamos aprovechando al máximo la potencia del equipo. Algo que entenderás de forma muy sencilla con la siguiente imagen:

Si ajustamos el campo fotovoltaico para que produzca los 3 kW de potencia del inversor, sólo en las horas centrales del día con la mayor radiación el inversor estará trabajando a pleno rendimiento (curva roja).
En cambio, si lo sobredimensionamos, aunque durante ese mismo periodo el campo fotovoltaico esté produciendo un «pico» que el inversor no es capaz de gestionar y de convertir en electricidad útil, estamos aumentando la producción de energía durante el resto de la jornada (curva negra).
De este modo, sobre la línea discontinua fijada por la potencia del inversor, tenemos una energía que no podemos aprovechar. Pero por debajo de ésta, hay una gran superficie de energía adicional que lo compensa con creces.
¿Recurrir al «oversizing» es seguro?
Siempre que respetemos los parámetros estipulados por el fabricante, lo es. Los inversores ya están preparados para ajustar el valor de tensión para que la potencia de salida se limite a su potencia nominal.
Es lo que conocemos como «clipping» o recorte de potencia.
Dicho de otro modo, el inversor se encarga de forma automática de que el sistema no sobrepase esa línea discontinua delimitada por su potencia nominal, tanto por condiciones de seguridad como de legislación vigente.
Este «recorte» de potencia o clipping implica que puedes perder energía a ciertas horas, es cierto. Pero como hemos expuesto anteriormente y dado que además los paneles en rara ocasión y durante cortos periodos de tiempo van a producir su potencia pico, el extra de potencia que se produce durante el resto de horas hace que en términos netos ganes más energía.
El oversizing es seguro y realmente útil.
Ventajas de sobredimensionar el campo fotovoltaico (oversizing) respecto al inversor

Ya hemos visto que sobredimensionar (oversizing) el campo fotovoltaico respecto al inversor implica por lo general una mayor producción de energía. Pero no sólo eso:
- Reducción del coste €/kW: aunque instalar más placas implica, como es lógico, una inversión mayor. La mayor producción de energía se traduce en una reducción del coste de la energía producida por el sistema.
- Reducción del coste del inversor: al sobredimensionar el campo solar y sacar el máximo provecho al inversor, implica instalar un inversor menos potente y también más asequible. Es decir, reducimos el coste de esta partida, la del inversor, sobre el presupuesto total de la instalación solar fotovoltaica.
- Mejor potencial diurno: se trata de algo especialmente útil para empresas que operen en horario comercial normal, o para hogares con consumos durante el día. Al sobredimensionar el campo fotovoltaico, disponemos de mayor electricidad gratis durante el día.
¿Conviene NO sobredimensionar el campo fotovoltaico en algún caso?
Hay una situación muy obvia para no recurrir al oversizing: si prevés aumentar la potencia del campo fotovoltaico en el futuro.
Si bien siempre es más rentable ejecutar la instalación fotovoltaica en una única fase, a veces el cliente no quiere o no puede instalar toda la potencia fotovoltaica deseada y prefiere hacerlo en un futuro.
En este caso lo ideal es instalar un inversor con potencia de reserva para las placas a instalar posteriormente. Ya que si el inversor no es capaz de gestionar esta potencia adicional en placas, sustituir el modelo de inversor por otro mayor supondrá un sobrecoste notable.
No obstante y como decimos, no es una práctica muy frecuente. Ya que lo ideal es prever bien los consumos, dimensionar la instalación a tal efecto y aprovechar tanto las economías de escala como el no duplicar las labores de instalación para ejecutarlo todo en una fase de forma más eficiente.
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